Hotel Rural Yeguada Albeitar

Al principio creí que nos habíamos equivocado de lugar 😅 Pero es una maravilla de sitio. Las vistas son espectaculares! Rodeados de naturaleza allá donde mires. El personal del hotel es muy atento, muy amable y crean un ambiente muy familiar. Tienen animales con los que puedes interactuar; vacas, cabras, gallinas, ocas, patos, caballos... Y unos perros super sociables! La limpieza es completamente impecable. Las habitaciones son amplias. Están decoradas con estilo rústico, lo que le da aún más encanto al lugar. La comida ha sido fabulosa. Comida casera, postres caseros también (la tarta de queso debería ser pecado 🤤). Sencilla, tal y como esperas en un hotel rural, pero muy bien elaborada y presentada. Además las raciones son muy abundantes! Tienen dos salas de estar muy acogedoras. Desde luego es una experiencia que merece la pena. Desconexión total! Para repetir. P.D. Por si lo lee el personal; muchas gracias por el espectacular servicio que ofrecéis.

Conocía por Aurora, hermana de Inma, lo que la familia Adeba-Garrido / Garrido-Adeba "habían montado", así que este verano me fui con mi madre, mis hijas y acompañados de Aurora a conocerlo. Espectacular todo. Situación idílica, granja con todo tipo de animales, el hotel precioso... Después de visitar a todos los animales, Inma cogió de su huerta una lechuga y unos tomates para la ensalada y nos preparó una paella de marisco, unos cachopos de Angus (que también los crían ellos) y de postre, un requesón con miel de postre... Después de comer, sobremesa hablando de la vida. La experiencia, para repetir. Y claro que tengo que repetir, que me he quedado sin ver a Caruso. Gracias a Inma, Benito, Borja, Aurora y a todos los que les ayudan a tener y mantener el complejo. Gracias.

He pasado tres días con mis hijas, de 13 y15 años y ha sido una autentica gozada. Disfrutando de la vida y actividades de la granja a jornada completa.., no querían salir!. Gracias a toda la “familia Albeitar” por hacerlo todo tan fácil. Volveremos seguro! Instalaciones, cocina, entorno…de 10, todo un regalo para chavales que disfruten de la naturaleza y los animales.

Si buscas un lugar para desconectar en medio de la naturaleza, no puedes dejar de visitar esta casa rural. Este alojamiento te ofrece una experiencia única, con una atención excepcional por parte de la familia y una cocina espectacular. Desde el momento en que llegas, te sientes como en casa gracias al trato cercano y amable. Además, los niños disfrutan un montón de las actividades con Borja, que les enseña a interactuar con todos los animales de la granja. La casa está ubicada en un entorno formidable. Pero sin duda, uno de los puntos fuertes de este alojamiento es su cocina. Inmaculada te sorprende cada día con platos tradicionales asturianos elaborados con productos locales de primera calidad. En resumen, una casa rural en Asturias con buena comida, buen trato a los niños y unos anfitriones maravillosos en un entorno formidable. Repetiremos

Gracias Benito, Inmaculada, Beni, Borja, Aru, Jose… y el resto de empleados, por hacer de esta semana de vacaciones en vuestro hotel, las mejores de nuestra vida. Mi hijo Gabriel ha vivido experiencias únicas rodeado de animales, y siendo partícipe de ellas. Beni, tiene unas manos para la cocina.. que no hemos salido del hotel a comer a ningún otro sitio. Platos caseros, y variados, eres muy crack Beni. Paseos a caballo, recogida de huevos, ordeño de cabras, poder dar de comer a un águila, y a Caruso, una Preciosa lechuza, estar rodeado de naturaleza, paz, desconexión… Hacernos sentir como si estuviéramos en casa desde el primer día. Habitaciones amplias y limpias. Tienen un salón-biblioteca, para los que quieren desconectar leyendo un buen libro. Conocer familias y hacer amistades para conservar en el tiempo, por el entorno tan idílico que compartimos. Todo ésto y más encontrarás en éste hotel, y sobretodo, el cuidado y atención al cliente durante tu estancia. Volveremos las próximas vacaciones. Ha sido un placer conoceros a todos. Gracias Benito por enseñar tantas experiencias nuevas a Gabriel, que nunca olvidará.

Inmaculada, Benito, Beni, Borja, y todos los demás te reciben con un trato cercano que te hace sentir como en casa. Los niños pueden participar en las actividades de la granja y se lo pasan fenomenal. Además montan a caballo, en tractor, dan de comer al águila y a la lechuza, juegan con los perros... una pasada. Como hay otros niños, hacen amigos y no quieren ni salir de excursión. Ahí es donde tenemos que insistir los padres. Fantásticas actividades para hacer saliendo del hotel: ver las cataratas, hacer canoas, ver los acantilados junto al faro y comer en el food truck que hay muy cerca,... Sin duda volveremos.