Gæstebruger
31. januar 2023
Hotel con apariencia familiar, sin ningún tipo de lujos pero con mucho encanto, tiene una pequeña piscina que para darte un chapuzón en momentos de calor es más que suficiente. El personal nos trató muy bien, la habitaciones (con aire acondicionado) estaban limpias y para el precio que tiene la noche más que correctas. Lo que más me gustó fue el trato del personal y el desayuno, había dulce, salado, y mucha variedad, lo disfruté muchísimo y la chica que se encargaba muy atenta y reponía todo al momento. Me encanta poder escuchar en la noche el canto del gallo y las campanas de la iglesia de enfrente, soy de ciudad y poder vivir lo rural de vez en cuando para mi es muy placentero. El pueblo es pequeñito pero dispone de restaurantes, piscina, todo muy asequible de precio todos, y mucho ambiente cuando el calor deja salir a la calle. Me ha parecido un sitio buenísimo para ir a descansar y para conocer pueblitos de la Portugal no tan conocida.
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