Gæstebruger
4. august 2024
No creo que haya muchos sitios en el mundo donde uno se sienta tan desconectado de todo. Irana no es un hotel, es una experiencia en si mismo. El entorno de ensueño, las cabañas preciosas, los detalles en la estancia (comida, lencería, jabones, colchones...) con un gusto increíble. Despertarte al amanecer, bajar la escalera de la cabaña y meterte en el mar en esa playa con una arena que parece harina es algo que yo voy al volver a hacer (volvemos sin duda). Para hacer actividades, no hace falta que planifiques nada... Marcela, la anfitriona, te organiza todo sobre la marcha. Recomendado ir mas de tres días, para poder disfrutar de las actividades y dejar tiempo para disfrutar de "No hacer nada" Llevaros, un bañador, un buen libro y una cámara de fotos... no hacen falta mas cosas!!!
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