Gæstebruger
3. maj 2025
Jamás había estado en un lugarvtan mágico como el cráter de Ngorongoro, lugar lleno de vida y donde el tiempo parece detenerse para poder observarla con serenidad, y no hay mejor forma de seguir disfrutando de él, que desde el mirador de este hotel, donde la magia aumenta y se recrea en cada detalle, el personal es absolutamente adorable, además tuvimos la suerte de encontrarnos con Martín, y eso ya fue demasiado, su hospitalidad nos hizo sentir como en casa, y cuando nos marchamos, nos ayudo a hacer más fácil la parte del viaje que nos quedaba, en cuanto al hotel es precioso, pero su gente hace que a eso no le de importancia, asante sana !!!, volveremos seguro , consiguió cautivarnos como pocos lugares lo han conseguido!
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