Gæstebruger
24. november 2022
Primero que todo, decir que volveríamos a este pequeño hotel. Si bien le falta un poco de detalles para ser un verdadero hotel boutique, su ubicación es imbatible, cerca del malecón y las calles comerciales de Miraflores, pero al mismo tiempo en un barrio habitacional y tranquilo. Las habitaciones son amplias, la cama muy buena y cómoda, al igual que las almohadas, los baños modernos, ducha amplia y caliente. Desayuno bueno y preciso: como todos los desayunos en Perú, no son tipo buffet, sino que te dan un desayuno base, consistente usualmente en café de grano, leche, jugo de frutas fresco, pan, mermelada y mantequilla, un pote de frutas, cereales, y te dan a elegir una opción de huevos (fritos, revueltos, a la copa). Es curioso que con la diversidad de cereales y granos que hay en Perú, te sirven unos cereales inflados como para niños, y no una buena granola. No había opción de leche vegetal. Cosas que deberían mejorar. Todas las noches te preguntan por la hora y tu selección de opciones para el desayuno. En Lima la temperatura del día y la noche varía ampliamente, es bien húmedo y refresca en la noche, por lo que solicitamos unas frazadas extras. La calefacción nunca funcionó, así que recomendable tener frazadas extras disponibles. Buena y amable atención del personal.
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