Hotel Sara de Ur

Fuimos pareja y dos niños de 3 y 4 años. Nos alojamos en una habitación súper espaciosa los cuatro: "Habitación doble Quetura 4 Standard". Contaba con dos ventanas, televisión, baño en el interior de la habitación y pequeña nevera. En la puerta, un restaurante muy agradable en el mismo recinto con bombillas que se encienden al atardecer. No es del hotel (lo fue hace años) pero comparte instalaciones y es súper agradable. No le pueden poner más cariño a la gestión de los desayunos. Estuvieron pendientes de los peques con un montón de detalles. El café regular, pero el buffet de desayuno sencillo y rico. El bocadillo caliente hecho en el momento espectacular. El hotel tiene piscina, pero en el mes de marzo estaba cerrada. Parking perteneciente al hotel facilita la descarga de maletas. 🌿 Junto al hotel, una pequeña ruta de naturaleza que, en nuestro caso, terminó en los columpios de un camping cercano con gintonic para acompañar. Y en el entorno, merece la pena visitar Buitrago y Patones de Arriba. Sobre todo este último.

Pasamos cinco días a finales de junio mi pareja, mi bebe de un año, mis padres y yo. El trato fue muy bueno desde antes de llegar, ya que habíamos reservado dos habitaciones y nos las cambiaron a dos duplex mejor equipados sin cobrarnos la diferencia de precio. Estaban muy limpios, con todo lo necesario para estar agusto. Nos facilitaron cuna. El sitio rodeado de arboles y naturaleza, super tranquilo. La piscina como si fuera privada, para nosotros solos. El desayuno tipo buffet muy bueno. En el restaurante que esta al lado, se llama Cachivache, comimos de maravilla y repetimos tres días, os recomiendo la carne a la piedra. No puedo poner ninguna pega. Ojalá volvamos pronto.

Ha sido genial nuestra estancia familiar de fin de semana en el hotel Sara de Ur. La habitación muy amplia, limpia, muy acogedora, muy bien la decoración. Hemos estado mi marido y yo con nuestras dos hijas pequeñas y todo fenomenal. El hotel super tranquilo, el desayuno buffet muy variado y todo rico. El personal super amable. Desde luego repetiremos. Gracias

Pasamos un día de camino a casa, dejándonos llevar por las fotos y porque no tenía mala puntuación. Pagamos casi 100 euros por una habitación enana que no sabíamos ni dónde poner las cosas, pero lo peor es que la cama era "matrimonial" de 1m35cm, y el colchón malo malo, y encima la cama se tambaleaba cada vez que uno de los dos se movía. Si añades a eso que no tenía aire acondicionado y que al estar en el tejado, el calor de esa habitación era espantoso...Pues imagínate. La piscina es muy pequeña y su recinto en el que está metida también (las fotos engañan mucho) y había 3 o 4 familias de amigos con niños que estaban ahí a grito pelado y tirándose al agua y lanzándose pelotas. Todo esto a 2 o 3 metros de ti, porque como digo, el recinto es muy pequeño; lo justo para unas poquitas hamacas y apenas nada de suelo libre). Con lo cual apenas cabíamos ni se estaba a gusto tampoco. Por supuesto ahí no había ni socorrista ni nadie que pusiese un poco de orden en el mal comportamiento en el mini recinto de la piscina. (Será que cuando es tan pequeña no es obligatorio). La cena en el chiringuito fue lo mejor. El chiringuito está dentro del jardín del hotel, pero no está gestionado por el hotel, y funciona muy bien. Sitio muy agradable para cenar y carta variada con platos ricos. Fue lo único que nos quitó el mal sabor de boca de nuestra estancia allí; eso y también el desayuno del hotel a la mañana siguiente. La señora que lo lleva es majísima y muy apañada, y el desayuno está muy rico y hay bastante variedad. Es tipo buffet pero ella le pone a cada uno lo que pida, lo cual se agradece muchísimo, ya que así evitamos tener el mismo jaleo de la piscina en el desayuno, por el comportamiento de la gente. Por más de 60 euros no merecería la pena alojarse en este lugar. Nosotros no volvemos.