Hotel San Luis

Esto es una estafa ya que intente con tiempo cancelar mi reserva me han literalmente robado 49 eur espero que les vaya así de super bien por qué no es justo que yo no podía hospedarme y me hayan aún así Cobrado y robado el dinero

Room decoration is very basic, looks to be clean but 'deja mucho que desear'... You open the door to the balcony and either get hit with the noise from the pool or mosquitoes (I only opened the door once and I had 8 in total). Walls are so thin... I could hear the guy next door slapping someone's cheeks... 'doesn't leave much to the imagination'... Staff is cordial and helpful most of the time, but sometimes they are either ignorant, slow or unhelpful... not sure which. WiFi is somewhat weak, kept dropping and disconnecting. Breakfast was okay... with really bad coffee. Bed was comfy enough, aircon was good, rooms seem bright enough. Overall, I would choose a different hotel if one has a bit more budget. One very good thing is the location, that's perfect! Also, the check in and check out processes were fine.

I have just returned after a weeks holiday at hotel san luis with my sister and my brother and his wife. I had a wonderful holiday and this was partly due to the hotel san luis. My room was fantastic, a very comfortable bed and every facility I needed, with air conditioning, that saved my life on more than one occasion! The food was outstanding, the quality and quantity was exceptional, the menus creative and exciting. Above all the staff were amazing, without exception they were friendly and charming and nothing was too much trouble. They worked hard and were ultra efficient and they made you feel relaxed and important whether it was early morning or very late at night. My brother and his wife have been going to hotel san luis for four years and I can understand why. Highly recommended. Thank you hotel San Luis.

El hotel San Luis es para pasar unas vacaciones tranquilas y relajadas, es la quinta vez que veníamos, está vez con mis padres para que lo conocieran, y no dejaremos de volver siempre que viajemos a Gandía. La limpieza es lo más destacado tanto en habitaciones como en zonas comunes, la comida del restaurante es muy buena pero deben volver a poner a alguien supervisando las mesas para ver qué falta como hacían el resto de veces que hemos estado aquí, 3 camareras para todo el restaurante se queda escaso. Los arroces, fideuá, las costillas, la crema de melón con jamón... son exquisitos y los postres son caseros y buenos. También quiero destacar el trato y amabilidad al cliente, te sientes como en casa. Tuvimos que dejar la habitación antes de la fecha y el trato humano ha sido insuperable. Gracias por todo.

HOTEL SAN LUIS ES UN LUGAR PARA DESCANSAR CON VISTAS INMEJORABLES. FUIMOS MIMADOS DESDE NUESTRA LLEGADA, UNA BONITA SONRISA EN LA RECEPCIÓN, FRUTAS EN NUESTRA HABITACIÓN Y PUDIMOS ALOJARNOS CON NUESTROS MINI PERROS QUE ESTABAN ENCANTADOS. LA HABITACIÓN ES MUY CONFORTABLE, ESPACIOSA Y LIMPIA. EL DESAYUNO BUFFET ES MUY COMPLETO Y LAS TRABAJADORAS TE ASISTEN EN TODO MOMENTO. LA PLAYA ES CRISTALINA Y CERCA DEL HOTEL HAY MUCHAS TIENDAS Y OPCIONES PARA CENAR. ES UNA UBICACIÓN PRIVILEGIADA EN PRIMERA LÍNEA. SALIMOS ENCANTADO DEL HOTEL SAN LUIS. SEGURO QUE VOLVEREMOS. MUCHSIMASAS GRACIAS !

Lo recomendaría sin lugar a dudas, a cualquiera que se encuentre buscando alojamiento vacacional. La atención al cliente, es inmejorable, todo el personal, en general: Recepción, comedor, bar.. Y la calidad de los productos que ofrecen en su menú, son excelentes.

La ubicación es inmejorable frente a la playa. Habitaciones muy cómodas y agradables. Piscina estupenda. Personal agradabilísimo. Desayuno estupendo. Restaurante muy bueno con vistas al mar. Hotel familiar totalmente recomendable.

Fin septembre, bon accueil, formalités d'arrivée assez rapide, chambre avec balcon, propre, sdb/toilette propre, gel douche/shampoing en trop petite quantité. Salle de restaurant assez grande, bruyante le soir avec les animations. Petit déjeuner correct, repas corrects sans plus, personnel de salle pas ou peu motivé. Personnel de chambre aimable. Pour un 3 étoiles, il faut vraiment améliorer la restauration pour passer d'une appréciation générale de moyen à très bien.

Después de un viaje no demasiado largo, y a poco tiempo de llegar al destino, se adivina el mar, pero antes la vista se puede alimentar de múltiples plantaciones de cítricos, las grúas puntiagudas del puerto de Valencia, las ruinas del Castillo de Bayren o las azoteas de las edificaciones de la primera línea de playa. Si no se discurre por la autovía el trayecto es aún más bello, y se puede tener el lujo de pasar por el Saler, contemplar la Albufera, Sueca, El Perellò.... O las enormes letras que anuncian Cullera, a modo de las de Hollywood en el monte-isla de la Sierra de los Zorros... Entrando a Gandía-Playa continúa la Zarzuela de limones, naranjas y demás plantaciones, regadas por antiquísimos canales que describen la misma trayectoria que la carretera de entrada. La Universidad es el primer edificio que da la bienvenida, y después se recorre el Grau, donde se puede contemplar el propio puerto, la Iglesia de San Nicolás o los ineludibles tinglados, junto a la lonja. Y en pocos metros, aparece lo que fue y algún día volverá a ser el Real Club Náutico de Gandía, seguido de un elegante espigón desde el que el mar regala unas preciosas vistas. Y ahí se encuentra el Hotel San Luis... Antes de detener el motor del automóvil, ya se escucha la carcajada de Dioni, desde la cafetería, y su abrazo será la primera constancia de que queda mucho por disfrutar y descubrir. Adan o David se ofrecerán para ayudar con las maletas o localizar la plaza de garaje, y entre preguntas y recuerdos, aparece la recepción, donde uno siempre sabe que ha regresado a su hogar. Mónica y su eterna sonrisa, Alba con su profesionalidad, el cariño y dulzura de Paola o la amabilidad y constancia de Toñi; dan una sensación de acogida y bienvenida que sin necesidad de fingir colman al huésped de energía, ilusión y deseo de no abandonar el lugar en ningún momento. No es difícil cruzarse con Paco antes de llegar a la que será nuestra fortaleza durante la estancia en la Ciudad Ducal, quien siempre ofrecerá una pequeña, o no tan pequeña, conversación. Nada más abrir la puerta se descubre un aposento que da la sensación de no haber sido estrenado; el servicio de las habitaciones es algo que siempre brillará día a día, año tras año. Después de colocar las maletas y demás equipaje, es el turno de la nevera. Nada más abrirla se descubre la esencia de Pepín, que se encuentra deambulando por las cornisas de la primera altura del edificio adecuando las plantas, y después cualquier detalle de la piscina. Su madre, Doña María, agarra con suavidad la mano de un niño, y con el magisterio de su experiencia le narra alguna de sus anécdotas más pintoresca; acompañada de su también hijo, Salva; quien no vacila en arrojar su original espontaneidad. Don Luis, el otro hijo, observa con autoridad y complacencia que todo está en orden, y Paco, aparece con una bandeja cargada de delicias... Y tantas otras almas que se marcharon, pero que cada vez están más vivas y presentes. Sergio desde la barra dir