Gæstebruger
16. marts 2024
Ha sido un privilegio. Permitir que Bond, nuestro perro grandote, pueda acompañarnos en todo momento lo ha hecho más especial. Haber compartido 3 días en este caserío en plena montaña ha sido una gran y grata experiencia que más allá de unas instalaciones impecables, un entorno que identifica la vida rural ya que es una explotación en activo,es su centro neurálgico: la sidreria o sagardotegia,te permite estar con una familia que te hacen sentir uno mas, estas en su casa. La calidad de su sidra ecológica, de todos los productos de una oferta corta pero más que suficiente y ante todo de cómo están preparados basados en la tradición y unas manos expertas, te llevan a recuerdos que creías perdidos. El uso de la parrilla en su chuletón o la cremosidad de su tortilla de bacalao lo elevan a arte, incluso os pueden sorprender con algún producto del día fuera de carta. Su desayuno es apto para los que quieran continuar gozando de esa tradición y experiencia, mermeladas, zumo de manzana, leche, tostadas…. Es un verdadero lujo.
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