Gæstebruger
31. januar 2023
Mi experiencia es exacta a la del cliente anterior, (Cudillero). Llegamos al hotel sobre las 11h30, nos asignan una habitación, (perfecta), y nos dan un papelito diciendo que nuestro turno de comida es a las 14h30. En el reverso dice que si queremos, por 10,-€ podemos comer el menú del día... A las 14h35 bajamos al comedor, (el que viene en toda la publicidad del hotel y que estaba prácticamente vacío), y nos dicen que tenemos que comer en una habitación al otro lado del patio central. Allí nos dicen que, obligatoriamente, tenemos que compartir una pequeña mesa con dos desconocidos y eso durante los 9 días de estancia. El local está abarrotado de mesas, a muy poca distancia unas de las otras, sólo tiene una ventana en un extremo, (cerrada), hay un potentísimo olor a comida y a respiración, (el local no está ni medianamente ventilado y hay bastantes personas allí apiñadas). La comida, (los pocos restos que quedan), está en unos simples gastronorms sobre una especie de buffet sin ningún tipo de acondicionamiento moderno. Queda un poco de arroz en paella frío, unos restos de ensalada de lechuga y dos bandejas de no se sabe muy bien si carne o pescado, también frío y con un aspecto peor que pobre. Le dijimos a la encargada de la sala que no pensábamos comer allí y que nosotros habíamos ido a un hotel de cuatro estrellas que tiene un restaurante perfectamente equipado y con servicio en mesa y un menú diario, COMO ES OBLIGATORIO, y que no aceptábamos comer forzósamente compartiendo una pequeña mesa con dos desconocidos. La respuesta fué enviarnos a ver a la directora del hotel. A esta señora le expuse que en un hotel no se puede DISCRIMINAR a los clientes que pagan más de los que pagan menos. Cuando se contrata con una mayorista, (Imserso), los clientes tienen derecho a recibir las mismas prestaciones que cualquier otro cliente del hotel. Yo soy director de hotel, (ahora jubilado), y durante años he contratado en mi hotel de cuatro estrellas en Lanzarote y los clientes recibían las mismas prestaciones que cualquier otro cliente, incluidas las comidas, como es lógico. El precio era reducido, pero cuando tenía poca ocupación me venían bien; los años en que preveía tener una mayor ocupación con clientes que pagarían precios más altos, no contrataba con el Imserso y no pasaba nada, pero jamás hubiera hecho diferencias tan humillantes con los clientes, ni el Imserso lo hubiera permitido. No comprendo cómo aquí si lo permiten. En vista de la negativa de la directora, (una abogada con un máster en turismo, pero no una hotelera), insistí en que no aceptaba someterme a las condiciones degradantes que impone y que prefería marcharme si me rembolsaban el importe de la estancia, lo cual aceptó, (aún no he recibido la transferencia). Almorzamos en el restaurante, pagamos nuestro menú del día, que estaba bastante correcto, volvimos a hacer la maleta y nos fuimos carreterita adelante a Sevilla, de donde habíamos venido 5 horas antes...... Un autentico abuso
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